Casandra
Soy yo, Casandra.
Y ésta es mi ciudad bajo las cenizas.
Y éste es mi bastón y éstas mis cintas de profeta.
Y ésta es mi cabeza llena de dudas.
Es verdad, triunfo.
Mi cordura llegó a golpear el cielo con un rojo resplandor.
Sólo los profetas que no son creídos
tienen esas vistas.
Sólo aquellos que empezaron a hacer mal las cosas,
y todo podría haberse cumplido tan pronto
como si nunca hubieran existido.
Ahora recuerdo con claridad
cómo la gente, al verme, callaba en mitad de la frase.
La risa se cortaba.
Se separaban las manos.
Los niños corrían hacia sus madres.
Ni siquiera conocía sus efímeros nombres.
Y esa canción sobre la hoja verde...
nadie la terminó en mi presencia.
Yo los amaba.
Pero los amaba desde lo alto.
Desde encima de la vida.
Desde el futuro. Un lugar siempre hay vacío
de donde qué más fácil que divisar la muerte.
Lamento que mi voz fuera áspera.
Mírense desde las estrellas -gritaba-,
mírense desde las estrellas.
Me oían y bajaban la mirada.
Vivían en la vida.
Llenos de miedo.
Condenados.
Desde que nacían en cuerpos de despedida.
Pero había en ellos una húmeda esperanza,
una llama que se alimentaba con su propio parpadeo.
Ellos sabían qué era un instante,
fuera el que fuera
antes de que...
Yo tenía razón.
Sólo que eso no significa nada.
Y éstas son mis ropas chamuscadas.
Y éstos, mis trastos de profeta.
Y ésta, la mueca de mi rostro.
Un rostro que no sabía que pudiera ser hermoso.
Wislava Szymborska
Cassandra
Here I am, Cassandra.
And this is my city under ashes.
And these are my prophet's staff and ribbons.
And this is my head full of doubt.
It's true, i am triumphant.
My prophetic words burn like fire in the sky.
Only unacknowledged prophets
are privy to such prospects.
Only those who got off on the wrong foot,
whose predictions turned to fact so quickly -
it's as if they'd never lived.
I remember it so clearly -
how people, seeing me, would break off in midword.
Laughter died.
Lovers' hands unclasped.
Children ran to their mothers.
I didn't even know their short-lived names.
And that song about a little green leaf -
no one ever finished it near me.
I loved them.
But I loved them haughtily.
From heights beyond life.
From the future. Where it's always empty
and nothing is easier than seeing death.
I'm sorry that my voice was hard.
Look down on yourselves from the stars, I cried,
look down on yourselves from the stars.
They heard me and lowered their eyes.
They lived within life
pierced by that great wind.
Condemned.
Trapped from birth in departing bodies.
But in them they bore a moist hope,
a flame fuelled by its own flickering.
They truly knew what a moment means,
oh, any moment, any one at all
before -
I was right.
But it doesn't mean anything.
And this is my robe, slightly singed.
And thgis is my prophet's junk.
And this is my twisted face.
A face that didn't know that it could be beautiful.
Wislawa Szymborska